
Un pitcher para tres e igual número de completos. Con eso uno puede pasar cualquier cosa, incluso la derrota del equipo de los amores, y la victoria merecida de un equipo que venía muy complicado. O’Higgins se impuso a la Universidad de Chile por segundo año consecutivo, y con el mismo árbitro. Los celestes fueron más que la U, que se aproximó con tibias intentonas posteriores al gol del venezolano Maldonado y que si hicieron nada tras el pitazo final. El Lulo perdió el preciado invicto y reforzó la idea de que a los universitarios laicos les falta futbol, mucho fútbol, y por sobre eso, les falta entrega en el campo de juego.
Garces sacó ayer a relucir la hidalguía y asumía previo al encuentro que se jugaba “la dignidad del plantel” en los noventa minutos.
Al final, el encuentro no dio para muchos comentarios. Pocas llegadas, Meneses y Aceval jugando el mejor partido del año, Maldonado demostrando que no está para la suplencia, Alcazar confirmando que pone lo otro, eso otro que sirve para complicar a los rivales (lo tuvo hacia el final del primer tiempo), y un bloque defensivo que se vio mucho más seguro que en los encuentros pasado.
Los celestes por fin le ganaron a uno de los grandes, tras sufrir goleadas con los otros del selecto club, y comienzan a delinear que jugadores podrían ser considerados fundamentales para el próximo semestre. Por ahora los hinchas rancagüinos respiran y viven el placer de la victoria, pero el equipo sigue con dudas, con muchas dudas, sobre su real nivel futbolístico.Al final, en un partido fome nada más, y con un pitcher que se acabó finalizados los primeros cuarenta y cinco y tres completos que se hicieron humo, O’Higgins ganó merecidamente a la Universidad de Chile por uno a cero con gol de Maldonado que ni siquiera celebró. Las cosas todavía no dan para tanto.
Garces sacó ayer a relucir la hidalguía y asumía previo al encuentro que se jugaba “la dignidad del plantel” en los noventa minutos.
Al final, el encuentro no dio para muchos comentarios. Pocas llegadas, Meneses y Aceval jugando el mejor partido del año, Maldonado demostrando que no está para la suplencia, Alcazar confirmando que pone lo otro, eso otro que sirve para complicar a los rivales (lo tuvo hacia el final del primer tiempo), y un bloque defensivo que se vio mucho más seguro que en los encuentros pasado.
Los celestes por fin le ganaron a uno de los grandes, tras sufrir goleadas con los otros del selecto club, y comienzan a delinear que jugadores podrían ser considerados fundamentales para el próximo semestre. Por ahora los hinchas rancagüinos respiran y viven el placer de la victoria, pero el equipo sigue con dudas, con muchas dudas, sobre su real nivel futbolístico.Al final, en un partido fome nada más, y con un pitcher que se acabó finalizados los primeros cuarenta y cinco y tres completos que se hicieron humo, O’Higgins ganó merecidamente a la Universidad de Chile por uno a cero con gol de Maldonado que ni siquiera celebró. Las cosas todavía no dan para tanto.
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